Iguiñaro, cóndor rescatado con herida de perdigón, está fuera de peligro y espera su libertad

23.05.2020

Iguiñaro, el cóndor hallado con un perdigón incrustado en su pecho el mes pasado, en El Quinche, Pichincha, se encuentra fuera de peligro y recibió el alta médica, así lo informa el Zoológico de Quito (Quito Zoo) cuyos especialistas atienden al ave desde hace tres semanas cuando se dio el rescate.

Su actual estado clínico y su evolución permite pensar en su pronta liberación. "A través de varios exámenes clínicos y una tomografía, los especialistas del zoológico determinaron que el perdigón ubicado en el cuerpo del espécimen no está afectando órganos vitales ni está provocando intoxicación por plomo, por lo que no representa peligro para su vida", señala el Quito Zoo.

Esto quiere decir que el cóndor no necesitará una cirugía. Los estudios también determinaron que Iguiñaro es un cóndor de edad adulta, cuya edad exacta es difícil estimar, pero se presume que puede estar en un rango de 30 a 50 años.

Actualmente puede extender sus alas para levantar vuelo, sin presentar dolor. "La importancia de una liberación pronta radica en que el cuerpo todavía mantiene la memoria del estado de libertad. Mientras antes regrese al páramo, él podrá retomar sus vuelos y buscar comida por sí solo", afirma Martín Bustamante, director del zoológico capitalino.

Además, indica que el rescate del cóndor impuso una serie de desafíos por los aspectos logísticos de la emergencia sanitaria y la incertidumbre del manejo de un paciente silvestre: "El seguimiento fiel de protocolos veterinarios ha sido clave para continuar soñando con el retorno a libertad de esta ave".

A un paso de la liberación

El Zoológico de Quito y la Fundación Cóndor Andino, con el aval del Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor, se encuentran preparando el protocolo para la liberación del ejemplar, en coordinación con las autoridades ambientales.

Previo a este paso, la Fundación Cóndor Andino colocará al ave un rastreador satelital, donado por la Secretaría de Inclusión Social del Municipio de Quito, que permitirá monitorearlo para conocer detalles de su desplazamiento y ubicación. De esta forma, se podrá conocer su estado por medio del seguimiento en campo.

"Es de vital importancia liberar a Iguiñaro con marcas; si no hubiera un marcador satelital, lo mínimo que se necesitaría serían bandas alares para reconocerlo en el campo. El rastreador nos permitirá seguirle al cóndor, nos enseñará en dónde duerme, por dónde vuela, dónde se está alimentando. Ya que los cóndores son especies sociales nos mostrará en donde otros cóndores están realizando estas mismas actividades. Esperamos identificar su área de vida, si tiene pareja, si tiene algún nido, si es reproductivo todavía", explica Sebastián Kohn, director de la Fundación Cóndor Andino.

Hay preocupación por ataque a cóndores

Pese a encontrarse en peligro crítico de extinción, los ataques contra cóndores continúan en el país. Lo ocurrido con Iguiñaro evidencia, una vez más, el constante peligro que enfrenta esta especie.

"La noticia de su próxima liberación genera satisfacción, pero también incertidumbre al saber que, en estado silvestre, este ejemplar seguirá expuesto a la caza, al envenenamiento y a la posibilidad de una nueva agresión", dice el Quito Zoo.

En el marco del proyecto de Monitoreo e Investigación del Cóndor Andino, la Fundación Cóndor Andino y The Peregrine Fund han marcado 15 cóndores, de los cuáles 12 están con rastreadores satelitales. Al momento, se cuenta con una base de datos que ha permitido realizar un censo poblacional de cóndores en el país; al 2018, aproximadamente, calcularon 150 individuos.

Entre los datos recabados por la investigación generada, se ha logrado determinar que el Distrito Metropolitano de Quito es el territorio más importante a nivel nacional para esta especie ya que allí se congrega la mayor población y cantidad de sitios de anidamiento de cóndores.

Iguiñaro, visto por primera vez en 2016

El biólogo Yann Potaufeu, de la Fundación Galo Plaza Lasso, ha recopilado imágenes y datos
que determinan que Iguiñaro fue visto por primera vez, en 2016, en la comunidad de Zuleta
(Imbabura), en compañía de una hembra.

El investigador ha registrado tres avistamientos de este cóndor y su pareja, entre octubre y diciembre de ese mismo año, durante los cuales fotografió e identificó al cóndor.

El trabajo de foto-identificación e investigación que se realiza, desde hace cinco años, ha permitido conocer a los cóndores silvestres gracias a las marcas únicas que ellos tienen en sus rostros. De esta manera, es más fácil el seguimiento a cada individuo, tanto en vida libre o cuando enfrentan algún problema, como Iguiñaro. Este tipo de datos brindará más información conforme las observaciones se acumulen a lo largo del tiempo y se extiendan más allá del tiempo de vida de un cóndor. 

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